viernes, 23 de marzo de 2012

LA BANCA COMO FINANCIADORA DE LA GUERRA


La Banca a lo largo de los años ha intervenido en muchas guerras siendo así la financiadora principal.
Por ejemplo, en la revolución rusa de 1917, Trosky, un judío que fue uno de los personajes más importantes de la revolución bolchevique, fue ayudado desde los Estados Unidos de América, por el secretario del Tesoro y por el coronel House, que era la persona que ejercía como “presidente” dominando al que había en la época. Estos le proporcionaron dinero y permitieron que se llevase a miles de personas a Rusia.
Otro personaje de gran importancia en la revolución rusa, Lenin, que será el presidente desde 1917 hasta 1924, fue ayudado por la banca Rockefeller, que le proporcionó grandes sumas de dinero destinados a la compra de armas.

Otra gran intervención de los bancos, y creo que la más inoportuna, fue la de la Primera Guerra Mundial. Los bancos estadounidenses habían financiado a Inglaterra en la guerra, y en el curso de la guerra no quedaba muy bien definida como ganadora ante la gran resistencia alemana. Por lo tanto, los bancos estadounidenses presionaron al presidente para que interviniera en la guerra, ya que, si Inglaterra perdía, la cantidad de dinero prestada no sería retornada.
Muchos historiadores dicen que si Estados Unidos no hubiese intervenido en la guerra, los aliados y las potencias centrales hubieran llegado a un acuerdo de paz, por tanto, no se habría producido el Tratado de Versalles ni el sentimiento de humillación alemán y la posterior oleada de fascismo que conducirían a la Segunda Guerra Mundial.  
Aquí podemos comprobar como la banca genera los conflictos a su antojo y se aprovecha de situaciones extremas para el beneficio propio. Esto lo permite el sistema y, como ya he mencionado muchas veces, se necesita un cambio de este. 



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