En momentos de recesión, sobretodo en el actual, se habrán
preguntado por qué el Gobierno no ha intervenido con lo referente al tema del
sector financiero o con la especulación inmobiliaria. También en las
injusticias como que una persona sea desalojada de su piso por qué no tiene
para pagar su gran hipoteca, concedida en su tiempo por los bancos los cuales
ahora les quitan su piso y además les hacen continuar pagando. Esos bancos que
el Estado ha salvado con los impuestos de los ciudadanos que son los que
realmente necesitan ayuda en momentos de crisis tan profunda como la actual.
¿Por qué el Estado ha rescatado tantos bancos? ¿No los podría
nacionalizar? ¿Por qué se permite esta cantidad de fraude fiscal? Todas estas
preguntas serán contestadas a continuación.
El poder real de nuestro sistema económico no reside en el Gobierno
como mucha gente piensa. Algunas personas piensan que el Gobierno no cambia las
cosas porque no le “interesa”. No os voy a mentir, es verdad que no le interesa
pero yo creo que no es por lo que todos creemos, la corrupción. Hay corrupción,
pero el problema son los fallos del propio sistema económico.
Nuestro sistema a lo largo de los años ha permitido que el
poder del mercado resida en manos de pocas personas o de una sola. Esto les da
poder para decidir no sólo en el mundo de la empresa sino también en la
sociedad.
Pongamos un mero ejemplo:
La empresa Nike, se ha comprobado que ha utilizado mano de
obra infantil. Lo cual no está permitido, entre otras calamidades que seguramente
ni siquiera han salido a la luz. En principio, se les tendría que haber
clausurado el negocio, pero esto no ha pasado. ¿Por qué? Imaginemos por un
momento que Nike cerrara, la cantidad de gente que se quedaría sin trabajo
sería espectacular, la cantidad de subsectores que Nike mueve también caería
junto con sus respectivos trabajadores. Se produciría una catástrofe económica.
No interesa que las grandes empresas caigan, porque éstas generan una cantidad
de dinero y empleos enormes, no importa que cometan algunas “travesuras”.
El poder de las grandes empresas también se extiende al sector
social. Supongamos que el Gobierno quiere hacer una política restrictiva, con
la finalidad de recaudar fondos para el Estado porque está en déficit, por
tanto, recauda dinero del sector más poderoso, la gran empresa. Pretende subir
el salario mínimo para que se produzca un incremento de la renda y, por tanto,
un incremento de la contribución al Estado. Esto no sería factible porque provocaría
que las empresas se trasladaran a otros países, provocando así un aumento del
desempleo a gran escala.
No digo que no haya corrupción en el Gobierno, es más, yo
apuesto no por un Gobierno formado por personas de a pie, yo apuesto por una
serie de organismos a escala regional integrados por eminencias en sus respectivas
materias. Explicaré este modelo más detenidamente en otro artículo.
Nuestro Gobierno esta dominado por las grandes empresas,
actuamos en función de lo que ellas nos marquen. Las leyes las favorecen
totalmente. La solución seria un acuerdo a escala mundial de todos los países
en el cual se mejoraran las condiciones de trabajo. Solo así se podría alcanzar
un mejor nivel de vida. Pero esto tampoco interesa a los países poderosos los
cuales perderían riqueza. Así que sólo se puede esperar, ya que este proceso de
cambio es lento y muy costo. Las clases perjudicadas por el sistema deberán organizarse
de nuevo, como hicieron en la revolución francesa o en la rusa, para empezar a
cambiar cosas, sino actúan los grandes organismos en función de sus intereses.
No propongo una revolución, sino una protesta a través de la vía sindical. Pero
la situación no está suficientemente mal, todavía, para que se produzcan tales
hechos y esperemos no haber de llegar a extremos.
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