jueves, 1 de marzo de 2012

LA "MALDAD" DEL GOBIERNO


En momentos de recesión, sobretodo en el actual, se habrán preguntado por qué el Gobierno no ha intervenido con lo referente al tema del sector financiero o con la especulación inmobiliaria. También en las injusticias como que una persona sea desalojada de su piso por qué no tiene para pagar su gran hipoteca, concedida en su tiempo por los bancos los cuales ahora les quitan su piso y además les hacen continuar pagando. Esos bancos que el Estado ha salvado con los impuestos de los ciudadanos que son los que realmente necesitan ayuda en momentos de crisis tan profunda como la actual.
¿Por qué el Estado ha rescatado tantos bancos? ¿No los podría nacionalizar? ¿Por qué se permite esta cantidad de fraude fiscal? Todas estas preguntas serán contestadas a continuación.

El poder real de nuestro sistema económico no reside en el Gobierno como mucha gente piensa. Algunas personas piensan que el Gobierno no cambia las cosas porque no le “interesa”. No os voy a mentir, es verdad que no le interesa pero yo creo que no es por lo que todos creemos, la corrupción. Hay corrupción, pero el problema son los fallos del propio sistema económico.

Nuestro sistema a lo largo de los años ha permitido que el poder del mercado resida en manos de pocas personas o de una sola. Esto les da poder para decidir no sólo en el mundo de la empresa sino también en la sociedad. 

Pongamos un mero ejemplo: 

La empresa Nike, se ha comprobado que ha utilizado mano de obra infantil. Lo cual no está permitido, entre otras calamidades que seguramente ni siquiera han salido a la luz. En principio, se les tendría que haber clausurado el negocio, pero esto no ha pasado. ¿Por qué? Imaginemos por un momento que Nike cerrara, la cantidad de gente que se quedaría sin trabajo sería espectacular, la cantidad de subsectores que Nike mueve también caería junto con sus respectivos trabajadores. Se produciría una catástrofe económica. No interesa que las grandes empresas caigan, porque éstas generan una cantidad de dinero y empleos enormes, no importa que cometan algunas “travesuras”. 

El poder de las grandes empresas también se extiende al sector social. Supongamos que el Gobierno quiere hacer una política restrictiva, con la finalidad de recaudar fondos para el Estado porque está en déficit, por tanto, recauda dinero del sector más poderoso, la gran empresa. Pretende subir el salario mínimo para que se produzca un incremento de la renda y, por tanto, un incremento de la contribución al Estado. Esto no sería factible porque provocaría que las empresas se trasladaran a otros países, provocando así un aumento del desempleo a gran escala. 

No digo que no haya corrupción en el Gobierno, es más, yo apuesto no por un Gobierno formado por personas de a pie, yo apuesto por una serie de organismos a escala regional integrados por eminencias en sus respectivas materias. Explicaré este modelo más detenidamente en otro artículo.

Nuestro Gobierno esta dominado por las grandes empresas, actuamos en función de lo que ellas nos marquen. Las leyes las favorecen totalmente. La solución seria un acuerdo a escala mundial de todos los países en el cual se mejoraran las condiciones de trabajo. Solo así se podría alcanzar un mejor nivel de vida. Pero esto tampoco interesa a los países poderosos los cuales perderían riqueza. Así que sólo se puede esperar, ya que este proceso de cambio es lento y muy costo. Las clases perjudicadas por el sistema deberán organizarse de nuevo, como hicieron en la revolución francesa o en la rusa, para empezar a cambiar cosas, sino actúan los grandes organismos en función de sus intereses. No propongo una revolución, sino una protesta a través de la vía sindical. Pero la situación no está suficientemente mal, todavía, para que se produzcan tales hechos y esperemos no haber de llegar a extremos.  


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