Como ya comenté en mi artículo de la burbuja inmobiliaria,
hoy os voy a hablar sobre los bancos.
El préstamo como tal hecho por los bancos, nace en Italia
(Roma) en el auge del Imperio Romano. El nombre se debe al hecho de que los préstamos
eran dados en un banco de una plaza. Seguidamente, con la posterior caída del
Imperio Romano que daba lugar a la Edad Media, los bancos ya establecidos como
unas instituciones de cierta importancia, entraron en decadencia porque la
Iglesia los acusaba de usurpación.
En sus inicios, los bancos sólo servían como “cajas fuertes”
para la gente con un cierto poder adquisitivo. Los ahorradores sabían que en
cualquier momento podían ir al banco y recoger el dinero depositado.
En el banco de Amsterdam fue donde surgieron los primeros
bancos comerciales que daban préstamos con el dinero de los ahorradores,
cobrándoles a los prestatarios un interés. Este sistema surgió a raíz de los
comercios que tenían con la India. Los ahorradores sabían que su dinero era
usado para esto. Así que salían ganando ambos, el banco y el ahorrador.
Posteriormente, los préstamos también se usaron para
financiar las guerras, en este caso, el préstamo no era retornado, provocando
así la alarma entre los grandes ahorradores que al ir a recuperar su dinero se
encontraban con que no podían. En este momento, se producían los ciclos de
recesión. Por aquél entonces, los periodos de recesión vinieron determinados
por la tendencia de los ahorradores a recuperar el dinero y por los
prestatarios a no pagar sus deudas.
Después del resurgimiento de la banca, en el Renacimiento,
los bancos americanos imprimieron los primeros billetes. Cuando un ahorrador
iba a depositar sus monedas (de oro, plata o cobre) el banco en lugar de darle
una hoja con la garantía de retorno del dinero, le daba una serie de billetes,
intercambiables en cualquier momento por el dinero depositado. De esta manera,
empezaron a circular los billetes bancarios, ya que el ahorrador podía utilizarlos
para comprar los bienes que quisiera, el receptor también hacia lo mismo, y el
siguiente y el siguiente.
Fue por aquél entonces, que se dieron algunos casos de
inflación de los precios, causados por la tendencia de los bancos a dar
préstamos e imprimir más billetes para ello. La circulación de más cantidad de
billetes ocasionaba un aumento de los precios y, por tanto, el billete perdía su
valor. Esto era bueno para los empresarios que veían aumentado su beneficio,
para el público era totalmente perjudicial. Para los bancos era “una arma de
doble filo”, como decía John Kenneth Galbraith en su libro “El dinero”, ya que por una parte
aumentaban sus beneficios a través de intereses, pero por la otra en el momento
que los ahorradores reclamasen su dinero la banca no podría retornárselo, produciéndose
así la quiebra.
Y en este período es donde se encuentra la banca actual,
como podéis ver no es un error que se haya cometido recientemente, sino que proviene
de años atrás. Es por eso que para llegar la política económica más eficiente
para la sociedad hay que mirar atrás y no cometer los errores del pasado, cosa
que no se ha hecho.
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